“UNA HERMENÉUTICA ANALÓGICA DE LA PALABRA REVELADA EN EL LENGUAJE CINEMATOGRÁFICO”
INDICE
Títulos.- Páginas.-
Introducción. 21.- ¿ Qué entendemos por Hermenéutica ?. 3
2.- Una Interpretación Analógica. 4
2.1.- El modelo Analógico. 4
3.- La Palabra Revelada. 5
3.1.-La Hermenéutica Analógica del Texto Bíblico. 6
4.- El Lenguaje Cinematográfico. 7
4.1.- Semántica del Film. 8
5.- Séptimo Arte:
Un Campo de Hermenéutica Analógica de la Palabra Revelada.10
Conclusión. 12
Bibliografía. 13
2.- Una
Interpretación Analógica.
Basado en cuanto
hemos expuesto hasta ahora podremos afirmar que, al procurar una
correspondencia menos distante, será la semiótica el criterio hermenéutico de
la verdad. En efecto, al interpretar no basta ver corrección (sintaxis), ni
la validez (pragmática); hay que ver la adecuación (semántica)[6].
Este último ha sido descuidado tanto por la corriente univocista como por la
equivocista dándole mayor atención a la sintaxis o a la pragmática desestimando
el sentido del texto, lo que en verdad quiso decir el autor, no sólo
literalmente sino intencionalmente. En tal
Así, una hermenéutica analógica intenta abrir el campo de validez de interpretaciones cerrado por el univocismo de modo que pueda haber no una única interpretación válida, sino más de una, pero formando un pequeño grupo de interpretaciones válidas, según jerarquía, que puedan ser medidas y controladas con arreglo al texto y al autor. De esta manera no se exigirá una única interpretación como posible o válida, ni tampoco se dejará abierto hasta el infinito el ámbito de las interpretaciones a la vez posibles y válidas[7].
2.1.- El
modelo Analógico.
Para el fin
anterior, arguye Beuchot, la hermenéutica requiere de una metodología, aunque
ésta sea muy general, ya que tiene que ver con principios y reglas demasiado
amplios. Pues bien, debido a que la hermenéutica estuvo tradicionalmente
asociada a la sutileza él propone que esta metodología consiste en tres pasos
que son a la vez tres modos de sutileza: 1)subtilitas implicandi, 2)subtilitas
explicandi, y 3)subtilitas applicandi. Beuchot traslada estos tres
momentos a la semiótica de la siguiente manera: el primero a la sintaxis
―coherencia entre los signos― que puede ser tanto intratextual como
intertextual, el segundo a la semántica ―sentido textual― como correspondencia
con la realidad (presente o pasada) o con algún modo posible (futuro o
imaginario) al que alude, y el tercero a la pragmática ― relevancia contextual
como convención entre interpretes (incluyendo al autor) a pesar de introducir
elementos extratextuales (subjetivos o colectivos).
Esto es así
porque, como él firma acertadamente, es el significado sintáctico el que se
analiza en primer lugar en el proceso interpretativo; sin él no puede haber
semántica ni pragmática o, más claramente, sin él, en primera instancia, no
puede conocerse el sentido del texto ni puede contextualizárselo, sin que se lo
viole o imponga uno ajeno al suyo[8].
En consecuencia,
esta mediación analógica significa, entonces, una opción por la intención del
texto y, por su puesto, del autor. Es que al texto y al autor se los lee desde
nuestra situación, marco de referencia o tradición actual propia; esto implica
que es imposible evitar introducir la propia subjetividad y los errores de
comprensión, y recuperar la intención exacta y total del autor.